Inflación Para el kirchnerismo duro la exportación de alimentos es una “maldición” y una “desgracia” para la Argentina

La diputada Fernanda Vallejos y su particular visión sobre la principal fuente de divisas de la Argentina.

Nacionales 14/01/2021 Radio FM Amistad Radio FM Amistad
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La Argentina es tal vez uno de los países más competitivos del mundo en la producción de alimentos, o al menos en ciertos alimentos. Desde ya que en productos básicos del sector agropecuario. Y de esa cualidad deriva que la principal fuente de divisas del país tiene origen en el campo. Hoy el Gobierno observa como una bendición que la soja se venda a 520 dólares la tonelada, por ejemplo.

Sin embargo, en el kirchnerismo duro hay quienes sostienen que lo dicho en el párrafo anterior es una desgracia. Es lo que piensa Fernanda Vallejos, economista y diputada nacional por el Frente de Todos. Una “desgracia” y una “maldición”, se queja Vallejos.

La diputada argumenta que tal descalificación se debe al impacto que tienen en el ámbito local los movimientos de los precios internacionales de esos productos.

“Tenemos la maldición de exportar alimentos, de modo que los precios internos son tensionados por la dinámica internacional. Es imperioso desacoplar precios internacionales y domésticos, ya que los domésticos deben regirse por la capacidad de compra (en pesos) de los argentinos”, señaló Vallejos en su cuenta de Twitter.

Vallejos exploró la explicación que se hizo carne en muchos referentes oficialistas. La “tensión” de los precios, ya que no quiere nombrar la palabra inflación -dado que hoy es oficialista- viene por los commodities, y no por el déficit fiscal, la emisión monetaria para financiarlo, etc. Ni mencionó que otro gran exportador de alimentos, Brasil, hace rato desterró la inflación.

Siguió Vallejos. “La Argentina tiene una desgracia, que a veces se piensa que es una bendición”, en relación a la posibilidad de exportar alimentos. Reconoció que “en algún punto lo es, porque en situaciones de crisis como las que vivimos, donde el comercio internacional se desploma, mal que bien la demanda por alimentos siempre se mantiene, es lo último que cualquier sociedad abandona, lo último que se deja es de comer. Siempre hay demanda de los productos que la Argentina le vende al resto del mundo”, agregó.

“La maldición de todo esto es que los precios de los productos indispensables que tenemos que consumir los argentinos terminan muy tensionados por la dinámica de lo que ocurre con el comercio internacional. Allí hay una serie de medidas a adoptar para desacoplar la evolución de los precios internacionales de los precios domésticos”. Estos últimos, consideró la diputada, “deben regirse por la capacidad de compra de los argentinos”.

Vallejos explicó que “si los salarios están en pesos, los precios de los alimentos dentro de la Argentina tienen que estar regidos por lo que ocurre con los ingresos en pesos”. Asimismo, reconoció que la suba de los precios internacionales “puede beneficiar en algún punto” a la Argentina, dado que son indispensables para el desarrollo del país.

Las declaraciones de Vallejos se conocieron en medio del retroceso del gobierno en la decisión de prohibir las exportaciones de maíz, dictada el 31 de diciembre pasado como una vía para asegurar el abastecimiento del mercado interno y evitar subas de precios. Tras fuertes reclamos del sector agropecuario, que llegaron incluso a un cese de comercialización impulsado por la Mesa de Enlace, el Gobierno finalmente desistió ayer de la prohibición de exportar. Negoció con la cadena de valor del maíz reemplazar las restricciones para exportar por un monitoreo del saldo exportable que tiene el sector.

por: clarin